miércoles, 11 de octubre de 2017

Comunicación, salud y género

(Rebuscando entre mis libros hallé unas cuatro hojas en las que había redactado esta conferencia que dicté a compañeros de la carrera de Comunicación Social en el Paraninfo de Humanidades, en abril del año 2002. Ha pasado el tiempo, unos quince años, pero hay que dejar constancia para poder comparar los escenarios más adelante, y saber de dónde partimos).

La proporción de espacio que se le dedica a la salud en los medios de comunicación no es muy significativa. De hecho, la Secretaría de Salud Pública es una fuente a visitar en ocasiones especiales o cuando el representante de esa institución así lo solicita, no como sucede en el Palacio Nacional y en el Congreso, donde los periodistas están asignados con carácter de permanencia. Tendríamos que preguntarnos ¿Y es que el Presidente no se enferma? Claro que sí. Pero los medios venden más ejemplares publicando cualquier insignificancia dicha por el presidente, que desarrollando ampliamente un tema de salud más utilizable por la generalidad de la población.

En los medios de comunicación escritos, hay que distinguir entre temas de salud utilizables y más utilizables. La información publicada es utilizable cuando el secretario de Salud anuncia una jornada de vacunación o un brote epidémico; es más utilizable, si su contenido le permite al lector prevenir o tratar algún tipo de afección en su propio hogar (en prevención cabe desarrollar una información sobre los modos de prevenir la epidemia que anunció el secretario de Salud), otro beneficio a ofrecer es el conocimiento sobre los centros asistenciales que ofrecen los servicios de salud que requiere el lector, el radio y teleoyente (dónde están ubicados, cuáles son los procedimientos para recibir la atención médica y cuánto podría costar en términos económicos).

Atendiendo a esa división tendríamos que hablar de periodistas del área de la salud del día a día y periodistas de investigaciones en salud. Generalmente, los comunicadores que narran las incidencias de la cotidianidad se caracterizan por la sencillez en la información, por la superficialidad, mientras los de investigación están inherentemente obligados a profundizar los temas, a investigar –de modo elemental- sus causas, características ay consecuencias, y a plantear –si es posible- soluciones. Es el periodista de investigación quien generalmente está al frente de las secciones o páginas de salud especializadas, mientras el periodista no investigativo trabaja para el cuerpo principal del periódico.

En algunos medios modernos, quien elabora los trabajos de salud cotidianos, también realiza trabajos de investigación para la sección especial de salud y viceversa, a veces forman grupos de trabajos que publican sus noticias o reportajes en diferentes sesiones del periódico, atendiendo al criterio establecido en cada una de ellas.

En los medios de comunicación escritos los periodistas tienen menos limitaciones de espacio que en los medios electrónicos y esto se aplica a los periodistas de la salud. Mientras en los medios electrónicos (televisión y radio) una información normal tiene un máximo de cinco párrafos de tres y cuatro oraciones, o sea, una cuartilla, en los periódicos se requiere, generalmente, de dos cuartillas en adelante. Esto deja entrever el imperativo de recabar la mayor cantidad de información posible que se impone a los periodistas de medios escritos.

Al hablar de género, relacionado con comunicación y salud…

Es preciso distinguir entre periodistas y demás mujeres al hablar de género. En el caso de las y los periodistas, bien ese concepto periodista tiene referencia femenina para designar tanto a hombres como a mujeres que trabajan en la elaboración de información Esto podría interpretarse como una ventaja para nosotras, pero sería una alucinación.

Las áreas y temas principales están en manos de hombres en nuestros medios de comunicación. Son minoría las mujeres que ocupan posiciones de mando, que se desempeñan como editoras o periodistas de áreas como política y economía, pues estos temas “requieren del tratamiento pragmático del hombre”. Graso error del sistema de medios de comunicación nacional.

Sin más que decir, muchas de nosotras somos relegadas a trabajar en el área de salud, sociales y temas rosa. Por eso, muchas periodistas de la salud son mujeres, además porque en es la mujer, independientemente de su profesión, quien más se preocupa por el estado de la salud.

Sin en algún momento les toca cubrir la fuente de salud, recuerden –mujeres y hombres que esa es un área tan importante como la política y la economía, todo dependerá del esfuerzo y la dedicación que ustedes les confieran. Si se olvidan de redactar lo que dijo el funcionario del gobierno en salud y realizan investigaciones sobre temas de salud relevantes, los temas de salud tendrían una envergadura como los que habitualmente ocupan la primera plana, y de hecho tu investigación podría ocupar la primera plana. ¿A cuántos de los que están aquí presentes no les interesaría saber sobre la epilepsia, los cuidados pre y post natales, el cáncer de cérvix, de próstata? Todo depende si la información ofrece buenos datos y soluciones al problema del lector o de un allegado a éste.

Hablar de género también implica la inclinación y el tratamiento de la información hacia el mejoramiento de la condición de la mujer, y la mejor tendencia para informar     sobre salud es aquella que ve como un todo a la mujer y al hombre. No olvidemos que el hombre forma parte de nuestra sociedad, y no es precisamente escluyéndolo como cambiaremos su postura frente a la mujer y a su propia salud (frente a la mujer: como ente machista, dominante, agresor; y frente a su salud: como persona desinteresada por conservar un estado de salud optimo).

Si queremos reducir la violencia intrafamiliar tendremos que dirigir nuestra información también a ellos, pues de nada valdría darle herramientas de defensa a una agredida, mientras el agresor no está consciente del daño que ocasiona. Ningún sentido tendría reducir la indicidencia de cáncer de cérvix si los hombres siguen muriendo de enfermedades caríacas y nosotros, los periodistas y futuros periodistas de la salud, no les ayudamos.

Hombre y mujer conforman un todo, esa es nuestra percepción de género y de la lucha feminista. Si nosotras no somos capaces de reconocer que nuestra principal herramienta para cambiar el rol del hombre y la mujer frente a la sociedad son nuestros hijios, estamos perdidas. Hablamos de derechos, de igualdad, mientras muchas educamos o permitimos que los esposos inculquen a  nuestros hijos conceptos machistas, si reconfiguramos la mentalidad de nuestras hijas e hijos de modo que haya respeto, consideración y solidaridad entre el hombre y la mujer, dentro de un plazo no mayor a veinte años, se habrán reducido tantos hechos indeseados, como es el maltrato a la mujer, y, muy especialmente, su exterminio en manos del hombre.

Para ayudar a la mujer ¿Cuáles aspectos debemos promover independientemente de que no están relaciones con la salud de manera directa?

La ley 24-97, y
La ley 14-97

La primera es el perfeccionamiento de un artículo del Código Penal que ahora entre otras cosas tipifica abusos, como el psicológico, que antes no estaba contemplado. Se establecieron las agravantes y se endurecieron las penas.

La ley 14-94 es más antigua que la 24-97, pero no ha tenido tanta relevancia. Esa es la ley que protege a las niñas, niños y adolescentes.
Cómo elaborar una información de salud

Definir la enfermedad.
Detallar los síntomas que la acompañan.
Describir su fisiopatología.
Determinar sus causas.
Incidencia.
Consecuencias.
Pronóstico, y
Los diferentes tipos de tratamientos si los hay.
Estos pasos son los principales.

Cuáles áreas de la medicina son más importantes e interesantes para el lector

La cardiología, neurología, neumología, nutrición, cirugía , ginecología y obstetricia, la pediatría, urología, geriatría… Entre otras más. También están las especialidades médicas se subdividen en otras más especializadas como es el caso de la cirugía toráxica, que forma parte de la cirugía general.

La originalidad de los trabajos

Lamentablemente en el país no se realizan suficientes investigacione en salud y también en otras áreas profesionales, por eso, nuestros medios de comunicación están atiborrados de informaciones procedentes de cables y agencias internacionales. Aunque eso nos permite estar al tanto de las investigaciones en salud, no es menos cierto que muchas de las conclusiones de esas investigaciones no se aplican a cabalidad a la población dominicana, por lo que debemos escoger la que mejor nos atañe, atendiendo a la proximidad y características similares dque compartamos con la muestra de la investigación.

Un modo de actualizarla es, a partir de esa investigación en el extranjero, entrevistar a médicos lcoales sobre el comportamiento d eesa enfermedad o patología en el país. Y si esposible, constatarlo al hacer investigaciones de campo, o sea, realizando estudios de casos en personas que sufrieron o sufren la enfermedad en cuestión.

Recuerden algo, nacie nace sabiendo. Casi todos los periodistas nos especializamos en un área específica y para ello no es necesario volver a la universidad a estudiar otra carrera, simplemente hay que arriesgarse, poner interés en lo que se hace y mantenerse al día de lo que sucede en esa área, después, todo es cuestión de tiempo. Por tanto, no dudemos que podremos llegar a ser grandes periodistas de la salud, si eso queremos. De periodistas optimos en el área d ela salud, depende mucho la salud de la mujer, la reducción o eliminación de sus males. No dudemos en colaborar con quienes sostienen al mundo.

Buenas tardes,

Patricia Báez Martínez

18 de abril de 2002 Paraninfo de Humanidades de la UASD

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